El
padecimiento, la salud mental y el hospital psiquiátrico, hoy, son los temas
que la autora comenta, en vinculación con la ley nacional de salud mental, la
judicialización de los pacientes y la cuantificación como mecanismo de
exclusión. Afirmando la posición del psicoanálisis como una clínica no estándar
para el siglo XXI, con psicoanalistas trabajando en red, insertos en una
conversación con los diferentes discursos.
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Lo antiguo… lo nuevo en la institución
hospitalaria
* Inés Cristina Contreras
En este trabajo intentaré dar cuenta de lo que nos
ocurre, de los que nos viene ocurriendo dentro del hospital psiquiátrico, lugar
donde se realiza la intervención psicoanalítica.
Nuestra intervención sin duda está en relación a la
creación de Instituto Oscar Masotta en nuestra ciudad, lo que ha dado un marco diferente en las
actividades, tanto en la actividad privada como en las instituciones de salud.
Qué de lo
antiguo: aún el discurso imperante es el de amo asistencialista, los jueces
ordenando internaciones y tratamientos sin demanda del paciente, sin la
consulta a los profesionales tratantes.
Esta judicialización significa una creciente amenaza
de colapsar los dispositivos institucionales destinados a contenerlos.
Así el amo propone soluciones universales.
Dentro del hospital hay una clínica atravesada por
distintas disciplinas: psiquiatría, psicología, enfermería, trabajadores
sociales, siendo los discursos dominantes el discurso psiquiátrico y el de enfermería.
El psicoanálisis tiene lugar siempre donde hay un
imposible que tratar; en Salud Mental hay un imposible de: “De gobernar… de
gobernar la curación” (1).
Mientras tanto no se encuentra ningún dato positivo
que nos asegure de que existe un determinismo unívoco desde lo biológico en los
trastornos mentales y en el comportamiento humano.
Nos importa entonces hacer una clínica no-estándar
para el siglo XXI.
Una clínica donde los psicoanalistas escuchemos los
goces en juego en las instituciones y su funcionamiento.
¿Qué es lo
nuevo? Podríamos decir que este año tenemos la sanción y aplicación de la Ley
Nacional de Salud Mental, que es un avance en muchos aspectos especialmente
contra la marginalidad social, se ira instalando un estado protector... sin
duda tenderá a un nuevo universal del que los analistas tendremos que estar
advertidos.
J. A. Miller dice que la salud mental es la paz
social, ¿cómo acercarse a ella?
Es necesario que el goce del bla-bla tome forma de
pregunta.
Que el concepto de transferencia definido por Lacan en
el año 1.964, como la puesta en juego de la realidad sexual del inconciente es
el fundamento que nos orienta hacia lo real de la experiencia analítica.
La orientación es, hacia lo real del sufrimiento.
Sabemos que el sujeto produce demasiados sentidos más
de lo que necesita, así aparecen los diferentes nombres, y en la salud pública también
se fragmenta la asistencia: a las adicciones, a las anorexias.
Desconfiamos de una insistencia cuantificadora y de
tantas clasificaciones que solo suman segregación y exclusión.
En lo nuevo aparece la fascinación por una “salud
corporal” y se le pide a la psiquiatría ser la proveedora de la medicación de
la felicidad y también que participe junto a las cirugías del sexo biológico,
fecundaciones artificiales en parejas homosexuales, adopciones etc.
El Psicoanálisis modifica los saberes, en los
hospitales se tratará entonces de construir estructuras menos crueles, junto a
los otros de la salud mental, no como analistas aislados sino como
participantes de una red, a la que llamamos conversación.
Poder instalarse en un lugar de “uso posible” del
analista, atento a los usos definidos en las conversaciones, ese será el
porvenir (2).
La institución no es sólo (3) los consultorios, detrás
de las puertas es donde pasan las cosas.
Es en las interpretaciones de Freud y de Lacan lo que
nos permitirá situarnos en el lugar justo de la causa.
Sabiendo que la pulsión a la cual el sujeto ha
renunciado, puede volver bajo la figura del líder moderno o de la nueva Ley,
que en lugar del ideal manifiesta la presencia del goce (4).
Es entonces en la pragmática lacaniana, la orientación
a lo real lo que modifica todas las otras clasificaciones para que el paciente
no sea sacrificado en pos del “bien para todos” o del bienestar institucional.
Germán García nos dice en el ultimo happening del Instituto
Oscar Masotta: “que cada uno espere lo que desea, sin dejar de hacer lo que
corresponda”
Citas
Bibliográficas
(1)
Eric Laurent. Psicoanálisis y Salud Mental
(2)
Eric Laurent. Psicoanálisis y Salud Mental
(3)
Eric Laurent. Psicoanálisis y Salud Mental
(4)
Psicoanálisis e Institución: una discusión – Monique
Kusnierek y Eric Laurent
*
Inés Cristina Contreras
Responsable de Sec. de Investigación del CID Santiago
del Estero.
Miembro de la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL)
y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP)