Los síntomas contemporáneos en el ámbito colectivo, la inscripción del
psicoanálisis en la cultura y el lugar del sujeto en el mundo social, son los
temas que Susana Amado trata en este comentario sobre el libro de Silvia Ons,
titulado “Comunismo sexual”.
Comunismo sexual
Silvia Ons
Paidós Biblioteca de psicología profunda
294
Buenos Aires .2012
Por Susana
Amado *
Es sabido que Freud nunca descuidó en lo que hace a su
época la pregunta por los síntomas contemporáneos en el ámbito colectivo. Malestar en la cultura, Psicología de las
masas y Moisés y la religión monoteísta son testimonio de ello. Si hay malestar
es porque lo real, inaugurado o puesto de manifiesto por el discurso de la
ciencia fijó el sentido de lo real, y es desde este sentido paradojal que el
psicoanálisis tiene existencia.
Los efectos del psicoanálisis en la subjetividad de la
época, el papel del mismo en los impasses de la civilización, son una
referencia ininterrumpida en el discurso freudiano.
En la enseñanza de Freud y de Lacan se autoriza Silvia
Ons, para desplegar en su libro los temas que interpelan al psicoanálisis en el campo cultural,
político y social en sus múltiples manifestaciones, “para franquear los marcos
a los que el psicoanálisis puede quedar confinado si no se lo inscribe en la
cultura”.
Teniendo como hilo conductor los imperativos de la época,
en su referencia a lo ilimitado del goce, la autora despliega, interpela y lee
con precisa sutileza los temas que ocupan la vida cotidiana y que se
manifiestan como malestar en la cultura.
Desde el inicio, Silvia Ons, se desmarca de una
lectura sociológica, sobre los temas que va interpretar, en este sentido apela
a Lacan que concibió el “discurso analítico, junto a otros, nunca solo, tal
lazo –señala Ons- no nos habla de una homología” ya que el mismo perdería su
condición si no mostrase su envés respecto de esos otros discursos.
“Los sujetos ya no están representados por
significantes rectores que los nominan en el espacio público, y que
clásicamente señalan su lugar en lo social, sino por maneras de gozar que se
confiezan de modo inusitado”, con la pretendida ilusión de una felicidad y
libertad sín límites, que les permite sostener la creencia de una adecuación posible, de una igualación
en los ideales, de una homogeneización compartida de goces.
“Comunismo sexual” es una práctica común a los
swingers con la que bautizan y nombran sus comunidades de goce, y que en la
actualidad encarnan “un estilo de vida”. Se trata de un divertimiento que se
puso de moda a fines de la segunda Guerra mundial, que se extendió en la década
del sesenta, y que el cine ha promocionado hasta la actualidad. Los
cultores de esta práctica sostienen que la misma es una “vacuna contra la
infidelidad”, ya que el placer consiste en ver a sus parejas gozar con otro,
con el consentimiento compartido. En un modo-alegan-de comunismo sexual, ya que
la propiedad privada deja de existir. ¿Pero no es un modo,- se interroga la
autora- de evitar la contingencia de los encuentros? ¿Y una práctica que se sostiene en el control
del otro? Sin embargo los adeptos la defienden alegando lo posible de una
sexualidad sin amor y con la fidelidad sostenida en la pareja, sin contraer ningún riesgo.
El uso del viagra en los jóvenes es otro de los temas
que Silvia Ons encara en profundidad, destacando su frecuencia en los
encuentros sexuales. Son constantes las referencias a Lacan para señalar la
particularidad del goce masculino: “el desfallecimiento fálico es esencial en
la experiencia masculina, como aquello que hace comparar ese goce con la
pequeña muerte, localizando en esa deflación a la castración presente en el
encuentro entre los cuerpos”, la misma se localiza a “nivel del cuerpo, en
tanto caída de la turgencia fálica.” Para los jóvenes consumidores de Viagra, el
argumento o suposición es sostener la erección y perpetuar el orgasmo,
prescindiendo del tiempo entre una relación y otra. Paradojas de la
satisfacción, ya que se deja de lado lo propio goce masculino al anularse la
secuencia tumescencia-detumescencia. ¿“Ello equivaldría entonces a una
feminización de lo masculino, ya que el mismo no se presta a esta caída
abrupta?
Las respuestas
a estos interrogantes los despliega Silvia Ons, en un recorrido por distintos
autores que han pensado esta época como una etapa hedonista, signada por el
culto al placer e individualismo sin límites, en el que hedonismo, consumo y
nihilismo se entrelazan y parecen inseparables. Concluye dicho capítulo con una
referencia a Freud en el malestar en la Cultura en el que señala “que para soportar la
vida no podemos prescindir de algunos resarcimientos: distracciones que nos
hagan olvidar un poco nuestra miseria, satisfacciones sustitutivas, y
sustancias embriagadoras que nos vuelvan insensibles a ella”.
El hilo que sostiene la trama del texto, es una
reflexión constante acerca del orden simbólico en la actualidad, y la manera
con la que nos arreglamos los
psicoanalistas en esta época para ser pertenaires de sujetos que son consumidos
por un síntoma sin sentido alguno y que no se dirigen al Otro. Silvia Ons desgrana
los temas y los interroga con un sólido y elocuente manejo de la teoría
psicoanalítica. De eso testimonian los casos clínicos presentados en varios
capítulos del libro.
Sabemos
que Freud, consideró inicialmente a la identificación como el primer lazo
afectivo a un objeto, también sabemos que las mismas varían según las épocas,
sus vestiduras adquieren distintas manifestaciones que intentan velar la falta
de relación entre los sexos. Los semblantes a los que recurren los adolescentes
para afianzar su imagen, piercing, tatuajes, cortes de pelo, como un paso
previo al encuentro público del boliche bailable, es el pretexto que se
permite Silvia Ons, para desplegar en el
capítulo dedicado a la previa y los adolescentes, su interlocución con otros
campos del saber, desde la filosofías , a la literatura, para señalar el empuje
a lo efímero que propicia el mercado de consumo allí donde el padre ya no
asegura las identificaciones. El imperativo que subyace es que “el supuesto
libertinaje está regido por mandatos que impelen al exceso ligado al abuso de
la ingesta. Dicha sujeción a los que se “debe hacer previamente” pone en
cuestión la ilusión de libertad que acompaña a la falta de límites”.
Así cuando la ficción de libertad sin límites se impone
al sujeto adolescente, también pronto se manifiesta que es “puro simulacro, ya
que donde creemos ser libres la dominación del Otro es más completa”.
El amor, el cuerpo y el goce, son atravesados por los
mismos imperativos y reglas de juego que la civilización actual le impone al
sujeto. Silvia Ons, se propone en este libro responder, con los instrumentos
que le brinda su práctica analítica los interrogantes que plantean los síntomas
actuales, y su incidencia en la cultura.
* Lic.
Susana Amado (Bs. As.)
Directora
del IOM CID Sgo. del Estero. Docente del IOM. Analista Miembro de la Escuela de
Orientación Lacaniana. Directora de la Revista Dispar del departamento de
Psicoanálisis y Filosofía del CICBA. Supervisora del Equipo de violencia
familiar del Hospital Álvarez de CABA y Responsable del Departamento de
psicoanálisis y Filosofía del CICBA.